sábado, junio 30, 2012

Por presión vecinal, frenarían las torres en otros seis barrios


POR PABLO NOVILLO

Son iniciativas que analiza la Legislatura para La Boca, Barracas, Belgrano R, Villa Luro, Villa del Parque y Flores. Tres ya tienen aprobación parcial. Permiten los edificios, pero de altura moderada.


 
Desde que se desató en la Ciudad el boom de la construcción en los últimos años, varios grupos de vecinos se opusieron a las torres en sus barrios y hasta lograron modificaciones en la ley para ponerle un tope de altura a las edificaciones. Ahora, y aunque la actividad inmobiliaria está frenada, la Legislatura porteña está trabajando en seis iniciativas en este sentido.
Así se lo confirmaron a Clarín en la Comisión de Planeamiento Urbano, que preside la legisladora macrista Karina Spalla. Se trata, en todos los casos, de modificaciones al Código de Planeamiento Urbano, leyes que tienen un procedimiento especial para ser sancionadas: una vez que la Comisión elabora un despacho la envía al recinto, donde es votada una primera vez, en lo que se llama primera lectura. Luego, la iniciativa va a una audiencia pública, en la que se escuchan las distintas opiniones de vecinos y especialistas. Tras esto, el proyecto vuelve a ser votado, en una segunda lectura.
De los seis proyectos, hay tres que ya están en la etapa de segunda lectura, con lo que se da por sentado que terminarán siendo aprobados. Estas iniciativas son: La Boca y Barracas.
Según explicaron en la Comisión, el Código permite que se construya un 25% adicional en altura respecto de lo habitual en la zona sur, entre Directorio/San Juan y el Riachuelo. Esto se sancionó en su momento para incentivar la construcción en la zona más deprimida de la Ciudad. Sin embargo, a pedido de vecinos, el año pasado el ex legislador ibarrista Eduardo Epszteyn presentó un proyecto para quitar ese 25% extra en el polígono delimitado por Vélez Sarsfield/Entre Ríos, San Juan y el Riachuelo.
Belgrano R.
El legislador Martín Ocampo y el ex diputado Alvaro González, ambos de PRO, presentaron un proyecto que involucra la zona limitada por las vías del ferrocarril Mitre, Echeverría, Zapiola, Sucre, La Pampa, Zuberbühler, Avenida de los Incas, Elcano, Holmberg y Olazábal. En este sector se busca limitar lo que se conoce como “englobamiento de parcelas”, cuando los constructores unen dos lotes o más para poder construir más metros en altura. Si se sanciona la ley, en esa zona no se podría edificar por encima de las alturas ya existentes.
Villa Luro.
A pedido de la gente del barrio, la ex diputada peronista Silvina Pedreira presentó una iniciativa para fijar la altura máxima en 13,5 metros (o 21 metros en las parcelas de más de 2.500 m2) a las futuras construcciones en la zona entre Escalada, Ercilla, Basualdo y Acassuso.
Además de estos proyectos, hay una cuarta iniciativa que ya tuvo su primera lectura pero no pasó todavía por la audiencia pública: Villa del Parque.
Es para dos zonas. La primera, entre Nazca, San Martín, Beiró, Cuenca, Tinogasta, Helguera y las vías del tren San Martín. La segunda, entre estas vías, Tinogasta, Cuenca, Beiró y San Nicolás. Se trata de un barrio de casas bajas donde, de aprobarse la ley, no se permitirían edificios de más de 15 metros. Este proyecto fue presentado por Martín Hourest, ex legislador de GEN.
En la Comisión también están las dos iniciativas restantes, que aún no tienen despacho y están en discusión para el mismo barrio: Flores.
El primer proyecto abarca el sector entre Bolivia, Luis Viale, Donato Alvarez y Gaona. El segundo, Bolivia, Neuquén, Gavilán y Gaona. En ambos polígonos se pretende un máximo de 12 metros más 4 metros de retiro de fondo (un piso más, pero no completo). Los proyectos son del legislador de Proyecto Sur Adrián Camps.
El último proyecto de límite de altura aprobado fue en mayo, cuando por una iniciativa del bloque de la UCR se le puso un tope de 13 metros a las ocho manzanas entre Melián, Olazábal, Estomba y Monroe, en Belgrano.

Las protestas, con el auge de las obras a partir de 2006


http://www.clarin.com/ciudades/capital_federal/protestas-auge-obras-partir_0_728327342.html

Comenzaron en Caballito, porque se perdía el perfil barrial. Ese año fue récord en permisos para construir.




30/06/12
En 2002, el peor año de la crisis económica, la Ciudad autorizó pedidos para construir por apenas 297.867 m2. En 2006, con la actividad inmobiliaria a pleno, fueron 3.101.450, la ciframás alta de la última década. No fue casualidad, entonces, que en ese año comenzara el fenómeno de las protestas vecinales contra el avance indiscriminado de las torres.
El primer paso lo dieron en junio de 2006 los vecinos de Caballito. El reclamo tenía que ver con proteger la identidad barrial pero también por fallas en servicios públicos como el agua, las cloacas o el gas, porque no se hacían inversiones en infraestructuras acordes a la avanzada de los edificios.
Junto con las protestas, los vecinos fueron a la Justicia. Y a fines de 2006 lograron recursos de amparo que prohibieron las nuevas construcciones en 16 manzanas de Caballito y 45 de Palermo.
Como la situación judicial amenazaba con complicarse, el Gobierno de Jorge Telerman tomó una decisión polémica: prohibió por 90 días dar nuevos permisos de obra en Caballito, Palermo, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Coghlan y Núñez. Tras ello dispuso que todos los desarrolladores inmobiliarios tuvieran que presentar un certificado de aptitud de las empresas de servicios públicos. Ese requisito se extendió luego a toda la Ciudad, por una ley impulsada por el macrismo.
Pero mientras tanto, la Legislatura empezaba a tratar proyectos para limitar las alturas en distintos barrios. Tras proteger 80 manzanas de Caballito, siguió con iniciativas similares en otros barrios. Algunos casos fueron emblemáticos, como la protección de los edificios de La Imprenta y La Cuadra, en Las Cañitas.
El problema es que la normativa de las edificaciones quedó desactualizada. El Código de Planeamiento Urbano es de 1977, y desde entonces nunca fue actualizado, sino que se lo fue “emparchando”.
En 2009, se sancionó el Plan Urbano Ambiental, que estableció qué perfil constructivo debe tener la Ciudad. Tras ello, vendría la actualización del Código de Planeamiento. Pero se trata de normas que merecen largas discusiones donde se mezclan numerosos intereses. Hoy el Ministerio de Desarrollo Urbano trabaja en un proyecto para modificar el Código, pero aún no se conoce cuándo podría llegar a la Legislatura.